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Wayuu | Indígenas de Colombia y su Conocida Artesanía

Los Wayuu o Guajiros son el pueblo aborigen con mayor representación de Colombia y Venezuela, en concreto de lo que se denomina la Península de la Guajira. El origen etimológico del vocablo Wayúu proviene del arahuacoguajiro, que significa señor u hombre poderoso. Es una sociedad de una complejidad inusitada, que no puede ser abordada desde un prisma reduccionista.

Precisamente por esto, los antropólogos e historiadores deben ser cautos cuando se asomen a la realidad de los pueblos aborígenes. Más allá del morbo de lo primitivo y ancestral, se debe tomar una posición neutral, que nos permita enfocar todas las relaciones e interacciones entre los diferentes agentes sociales, con el objetivo de encajar todas las piezas del rompecabezas.

Artesanía y otros posts.

La artesanía es una de sus principales bazas, usada habitualmente como moneda de cambio con los turistas y curiosos. Las telas, así como la confección de vestidos coloridos, son uno de los principales atractivos de sus mercados.

 

 

Pueblo Wayuu, ¿qué es esta cultura?

No existe un archivo historiográfico demasiado extenso ni destacable sobre este enigmático pueblo en tiempos prehispánicos. Todas las certezas que tenemos sobre ellos cobran fuerza a partir del siglo XVI, donde ya podemos encontrar documentos coloniales que dan fe de cómo vivían y cuál era su organización social. Se pueden contar hasta 16 clanes, cada uno con su propia designación y simbolismo animal, que pasa a través de la madre, como heredera de este legado, dado que estamos ante una sociedad matriarcal. El censo del DANE reportó en el año 2005 un total de 270.413 personas autorreconocidas como integrantes de este pueblo.

Su origen es totalmente incierto, aunque ellos tienen una serie de mitos bien enquistados que tratan de dar respuestas a las grandes preguntas. Hablan de que al principio de todo solo existía la madre que era la noche, y el padre que era la claridad del cielo, ambos tuvieron hijos gemelos por separado: el padre a la luna y el sol, y la madre a la tierra y el mar. A partir de ellos brotó la vida y todo mundo conocido.

¿Qué caracteriza a los Wayuu?

Los pueblos no pueden reducirse a una suma de clichés, aunque es cierto que podríamos hacer una radiografía de ellos a través de sus características más dominantes:

  • Son un pueblo indómito. Pocos pueblos aborígenes fueron capaces de aguantar el embiste colonialista sin sucumbir. No fue hasta el siglo XIX cuando los gobiernos locales y coloniales empezaron a conjurar para aplacarlos.
  • Su lengua materna es el Wayuunaiki, perteneciente a la familia lingüística del Arawak. Suman hasta un 85,25% de hablantes sobre el total poblacional, lo que supone cerca de 230.000 personas. Muchos hablan castellano y son bilingües.
  • Tienen un basto conocimiento en lo referente a la artesanía, especialmente cuando hablamos de la alfarería o la sastrería, dos de sus pilares económicos fundamentales. De hecho, el comercio es la forma que han tenido de articular su integración.

Dónde viven y su situación actual.

Los Wayuu habitan la península del Guajira al noreste de Venezuela y el norte de Colombia, a la altura del mar Caribe. Estas tierras áridas, con climas cálidos y pocas precipitaciones, son lo opuesto al paraíso terrenal. Dos ríos, el Ranchería y el Limón, en Colombia y Venezuela respectivamente, serpentean su región, proporcionando asentamientos en las lindes propicios para el cultivo.

Esta territorialidad está demarcada en su propio código, que viene a establecer una serie de zonas denominadas sagradas. Así, su territorio tradicional comprende toda la península del Guajira, que se extiende hasta el lago Maracaibo.

Precisamente, en las zonas aledañas de Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, se encuentra la zona denominada “Jepira”. Este lugar tiene la connotación de sagrado, ya que se cree que es el último recorrido que encaran los espíritus antes de llegar al fondo del mar, conocida como «la tierra de los guajiros muertos».

La historia del pueblo Wayuu siempre ha estado salpicada por la discordia, dando que se han mostrado recelosos con los gobiernos locales y coloniales, aunque en la actualidad, pese a disponer de su propia organización político-social, están sometidos a la legislación de los dos países que ocupan. Ahora se respira un ambiente que va más allá de la mera cordialidad, y se han tendido puentes.

¿Cómo viven los Wayuu? Costumbres y Tradiciones:

  • Están, como otros tantos pueblos aborígenes, muy ligados a teorías cosmogónicas. En este sentido, los sueños cobran un especial protagonismo para ellos, siendo muchas veces un salvoconducto que les confiere poderes proféticos.
  • El acto funerario está dotado de una gravedad y significado mayúsculo. Los espíritus de los difuntos vagan por el mundo de los vivos hasta su segundo entierro, y dicen que estos pueden ser vistos hasta ese momento por los niños.
  • Las muñecas de trapo son uno de sus objetos sagrados, y tanto es así, que solo pueden ser confeccionadas por aquellas personas que tengan los conocimientos ancestrales concretos. Estas muñecas al parecer actúan como vínculo premonitorio, tanto para malos augurios, como para informaciones relevantes que se presentan a través de los sueños.
  • Los roles están fuertemente definidos, siendo el papel de la mujer capital en su sociedad, pasando los hombres en muchos casos a un papel meramente testimonial. Ninguna mujer contrae matrimonio antes de los 14 años, a la que previamente se encierra y enseña para que desarrolle sus labores de acuerdo a la tradición de su pueblo.
  • Sin embargo, la máxima autoridad dentro de estas familias, corresponde al tío materno o Alaulu, que es el que intercederá cuando surjan problemas y disputas entre los miembros de la familia. También los hijos son educados y dirigidos por el hermano de la madre, y no por el padre biológico.

¿Qué podemos aprender de esta cultura?

Todos los saberes tradicionales antiquísimos de los pueblos esconden verdades completas. No es por casualidad que se adoptan ciertos usos y costumbres durante siglos, sino que es la propia experiencia vital de los más viejos la que va marcando el camino. Esto es transversal a cualquier civilización, pese a que en la sociedad occidentales modernas hayamos adoptado métodos más refinados para transitar los mismos senderos.

Este pueblo acumula una gran sabiduría relacionada con su entorno natural, siendo grandes conocedores de las plantas y ungüentos derivados de las mismas, que alivian y calman a los enfermos, en muchas ocasiones cuando la medicina tradicional ya no tiene nada que decir.

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